Basada en una novela de W.R. Burnett (inspirada en aspectos de la vida de Al Capone), fue dirigida por Mervyn LeRoy y protagonizada por Edward G. Robinson, al que lanzó a la fama internacional. La producción corrió a cargo de dos de los grandes: Hal B. Wallis y Darryl F. Zanuck.
Relata el ascenso del gángster Rico Bandello desde la condición de modesto atracador de gasolineras a jefe del hampa del North Side, de Nueva York, y su posterior caída. Hombre ambicioso, poseído por una sed compulsiva de poder, se abre camino como matón sin escrúpulos y sin principios. Tras su apariencia de hombre duro e imbatible, oculta algunas debilidades que le hacen vulnerable. Por un lado está su vanidad, que le lleva a ser excesivamente presumido. Por otro lado, el afecto que siente por su antiguo compañero de andanzas, Joe Massara (Douglas Fairbanks Jr.), y por su compañera Olga (Glenda Farrell), le mueve a defenderlos y salvarlos siempre, dando muestras de que en su corazón de piedra anida la amistad y, también, el amor que en secreto siente por Olga. Una encuesta del American Film Institute situó a Rico entre los mejores villanos de la historia del cine. Son destacables, sobre todo, tres escenas. Una es la cena de homenaje y adulación que recibe de sus compañeros. En la otra aparece subido a una mesa, por su corta estatura, mientras mira su vestido de gala en un espejo y se admira a si mismo, asistido por los halagos de un esbirro. La tercera es la de la muerte a tiros de Tony mientras sube las amplias escaleras de acceso a una iglesia neogótica, que inspiró la escena final de "Los violentos años 20".
La iluminación combina efectos de luz variados, bien distribuídos y magníficamente utilizados por la fotografía. La cámara hace gala de una notable capacidad de transmitir emociones a través de las imágenes, como ocurre en la discusión entre Rico y Joe (en presencia de Olga) con primeros planos muy expresionistas, como los de otras secuencias del film. La música aparece al principio, al final y en la escena en la que la madre (símbolo de la bondad) recrimina a Tony su conducta. El guión, bien estructurado, se basa en frases breves, contundentes y claras, lo que le valió una nominación al Oscar. La acción se desarrolla a un ritmo rápido y sostenido, que confiere a la obra un gran nivel de tensión, intriga e interés. Las intervenciones del narrador son oportunas y adecuadas para rebajar el verismo de la obra y poner de relieve su condición de fábula.
La película está considerada como la primera de la época dorada del cine negro de gángsters, que floreció en EEUU en los años 30, y una de las tres más destacadas de éste, junto a "El enemigo público" (1931) y "Scarface" (1932). Su estreno provocó escándalo a causa del elevado número de actos delictivos que contiene y porque algunos consideraron erróneamente que constituía una apología de la violencia.
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